Sé que no he visto,
todavía, tus ojos;
sé que paseamos
por caminos paralelos
como personas invisibles
que caminan
sin hablarse,
sin tocarse,
sin respirar el mismo aire
aunque nos rodee la misma atmósfera.
Sé que sin tus ojos
no soy nadie,
un vagabundo
que sale a la calle
desde un cajero automático
en donde ha pasado la noche
y respira el gélido aire del amanecer,
volviendo su tétrico rostro
a la luz de las farolas todavía encendidas,
preguntándose por lo infeliz que es
por no contemplar tu rostro.
Cariño: si me envidias,
llámame Dios pues yo he creado
esta sin razón de versos
que no sirven para nada
si no es al calor de tus besos,
pues es un sin sentido
que no sirve para nada
si no es para ponerle nombre a un sencillo sentimiento:
¡amor!
-Richie punk-