El tránsito a otra vida
En otro tiempo distinto,
en una estación tranquila,
se conmueve el grito atronador
de una bestia esquiva.
¡No es posible que un alma feroz
no se conmueva, ni se perturbe
ante un genocidio tan atroz
como una muerte evitable en el mar...!
“¡Mare Nostrum!”,
el que no nos debería separar
más de lo que nos debería unir,
y el que, ahora,
está plagado de cadáveres...
Cuerpos que pertenecen a mis hermanos,
los gorriones.
Voz
Si es significativo
lo que yo debería decir,
que me corten un brazo
pues yo no soy nadie al que seguir.
Mi voz no tiene importancia;
no tiene más importancia
que la de otra persona cualquiera y
si la alzo,
es porque no aguanto al sistema
pero, yo,
me siento más que nunca
hijo de “Lxs nadie”.
En favor del Rey
Como un gran impulso revolucionario:
¡Llueven ramos de flores a su paso!
Y yo, por supuesto, muy acalorado,
solo puedo gritar ¡qué vivan los reyes!
¡qué lleguen a lo más alto!
Príncipe de la noche
En un reguero de mi imaginación
o, más bien,
en un delirio poco imaginado
fui nombrado por mis voces
con el distinguido título de
“Príncipe de la noche”.
Y me pregunto, de forma sincera,
cuántos competidores tendré
que aspiran a ese cargo, y
qué será de mi pobre ego si me lo creo.
Yo pienso que es mejor
cuidarse de esas lisonjas,
y un impulso me lleva a deciros
que nadie es más que nadie.
Entre grietas
Dos historias se entrelazan en mi vida:
la de la verdad y la de la mentira,
y si siento que ningún embuste
lleva a ningún sitio,
también siento
que la verdad
se debe apoderar de todo a su paso.
Clan
¡De verdad!
¡Así lo pienso!
¡Estoy más a gusto
entre vosotros
que entre cualquier humano!
Ahora toca haceros un homenaje;
a vosotros,
los humildes;
a vosotros,
los que no destacan nada y se alzan con todo;
a vosotros
que os juntáis en clanes
de los cuales, cada vez más, me siento miembro;
a vosotros,
ya que es una desgracia que estéis desapareciendo;
a vosotros, ¡los gorriones!;
a vosotros os debo un os quiero:
¡os quiero!
-Richie punk-