Yo, mortal
Alargadas están las horas
de los preámbulos de la noche dormida,
mientras, yo en mi habitación,
intento consolarme con las maneras de vivir
que tienen los mortales, en un intento
de acabar zanjando
ese embrujamiento que siento
en las largas noches de oscuridad.
Y yo, mortal, sólo acabo
de desdecir el hecho
de querer presentar al mundo
el intangible mundo de los sueños.
Carestía del ser
En un breve sentido de la existencia
me vuelvo a esconderme
en lo más oscuro de la tempestad
aguardando en mi lecho
la hora final para fundirme
en mi último sueño;
esta vez letal.
Prolegómeno
En un pensamiento oculto
al humano mundano y coloquial
he encontrado una llave
con la que abrir una puerta a la Inmensidad.
Es el prolegómeno
que derribará las barreras
de la concepción del Ser convencional
y explicará lo que yo siento
que es, algo así,
como la sensación
de ser partícipe
de una Existencia inconmensurada y sensacional.
Libertad
¿Acaso no es el mayor deber de un soldado
desertar?
¿Acaso no es mi educación
un vivo reflejo de esta sociedad?
¿No es por eso que la sociedad no nos permite vivir
sino adaptarnos sin más?
¡Qué vivo proyecto el de mi vida
cuando comprendí
que había que dejarlo todo atrás!
Surqué los suburbios de la existencia
y me dediqué, simplemente, a sabotear;
y ahora, desapegándome de mi desapego,
en el frente de batalla vuelvo a estar
sin pertenecer a ningún ejercito
y sin adoptar ninguna forma;
en el centro del infinito,
sólo, con quien me gusta estar:
ingobernando a lo ingobernable,
conquistando lo inconquistable...
¡Yo!: gobernador de mi propia vida,
habiendo conocido la locura,
dueño de mi libertad.
-Richie punk-