El maquis
Descarnizado ruido en la sierra
plagada de cadáveres de silencio
silenciados por el rugido de la ametralladora
rompiendo vidas y sueños.
En el lugar más recóndito del bosque,
existe una cueva seca
habitada aún, por dos escombros
desesperados por un tronco de leña.
Entristecida sierra
estremecida por la sangre vertida
por las manos de un fusil
empuñado por la Guardia Civil.
Tachados de simples bandidos
quieren negar su revolucionaria existencia
negando su resistencia estoica
al tratarlos peor que a alimañas.
La sombra se cierne sobre la sierra,
los animales huyen de los ladridos
resonantes de los perros de presa,
el bosque se acongoja ante la ingrata presencia.
El terror es atroz en la cueva
el miedo se cierne en las caras famélicas
el poco valor, para cargar las últimas balas:
el final; los escombros, ya saben lo que les espera.
Dos tiros de gracia
son descargados sobre las cabezas
el silencio reina ya,
en esta olvidada sierra.